Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz"."Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo".
Con lo revuelta que esta Oaxaca ahora mismo, me gusta ver de vez en cuando este billete de 20 pesos que llevo en mi cartera, puro sentimentalismo, porque en Europa con 20 pesos no se toma uno ni un cafe, pero bueno, no es el valor material lo que ha mantenido ese billete en mi cartera tantos años.
Ese hombre que aparece en el billete, es Don Benito Pablo Juarez Garcia, de origen indigena, nacido en Guelatao, Oaxaca, una de las provincias mexicanas mas pobres, ese niño, se quedo huerfano a muy temprana edad, hablaba solo zapoteco. Hasta donde se sabe, sobrevivia como podia en casa de familiares, y creo personalmente que una anecdota de su vida, fue el punto en que la historia absorbio a este singular personaje, fue un dia que pastoreando para un familiar, perdio parte del rebaño, y ante el panico de volver y tener que explicar lo sucedido, huyo.... se fue y a partir de ahi su vida entro en movimiento, paso por el seminario, porque era la unica forma en que un indigena recibia educacion, no habia otro camino, autodidacta y con mas voluntad que 50 hombres juntos, termino su carrera de leyes, y aun me pregunto como es que en el Mexico de aquellos años, un niño indigena que no sabia pronunciar el castellano, huerfano y moreno, entro como la humedad en la esfera politica mexicana.
Es criticado porque se dice que el mismo era un poco pendenciero y que a veces se pasaba la ley por donde le venia mejor, pero como el mismo dijo un dia, la historia nos juzgara, y lo que creo que ha quedado de el, es uno de los poquisimos personajes politicos que Mexico recuerda bien, llego a ser presidente de Mexico, pasando antes por las dependencias mas importantes, y hasta donde yo se, es el unico presidente que al dejar el cargo, lo hizo con excedentes en el tesoro nacional, no como el atajo de tracalas/marrulleros y criminales del P.R.I. que cada que sale uno hay que verse debajo de la falda a ver si todavia tiene uno calzones.
Entre sus cosillas, de las que mas me gustan es que tuvo pantalones para poner a la iglesia en su lugar, en un pais profundamente beato, y con una sociedad servil y dominada por el clero.
SUS HIJOS NO APRENDERÁN NINGUNA RELIGIÓN
Carta a su yerno Santacilia
12 de enero de 1865
"Mi querido Santa: Escribí a Ud. el día 6 participándole el triunfo de nuestras armas en Sinaloa contra franceses y traidores. No ocurre otra cosa sino que el espíritu público comienza a reanimarse y creó que en este año mejorará nuestra situación. Dígale U. a Margarita que el día 6 le escribí también y que ya deseo ver su letra. Supongo que Pepe y Beno están yendo a la Escuela. Suplico a U. no los ponga bajo la dirección de ningún Jesuita ni de ningún sectario de alguna religión; que aprendan a filosofar, esto es, que aprendan a investigar el por qué o la razón de las cosas para que en su tránsito por este mundo tengan por guía la verdad y no los errores y preocupaciones que hacen infelices y degradados a los hombres y a los pueblos.
Memorias a los amigos y a las muchachas, muchos cariños a los chiquitos y usted reciba el afecto de su padre y amigo. Juárez."
limito las funciones y bienes de la clase religiosa, asi como las de los militares, fue populachero, segun se ve, nunca se le olvido su origen, fue considerado con los indigenas y mal visto por muchos, por los ricos, ¿por quien si no?, hay muchos documentos acusandolo de una variedad de cosas, pero que si uno ve el pie de la pagina, siempre suele encontrarse con la firma de un "curita" o un latifundista ofendido.
Don Benito, me inspira una profunda ternura y un respeto enorme, de un hombre echo a si mismo, un hombre con sus mas y sus menos, que ante todo defendio su forma de pensar, con una educacion exquisita que ni los reyes de la epoca.
Haberle escuchado hablar en zapoteco a sus paisanos debio ser una experiencia harto enriquecedora, hubiese dado yo mucho por eso.
Hay muchisimo escrito sobre este hombre, miles de libros, biografias, referencias, lo que uno pueda imaginarse, yo antes de entrar en cifras y fechas, siento que me despierta una gran curiosidad, pero sobre todo un profundo respeto.
Encontre esta carta que envio al emperador Maximiliano, a proposito de la invasion que se preveia por parte de los franceses al territorio mexicano. una epoca muy significativa para mi pais, pero la he puesto en realidad como muestra de su educacion, diplomacia y buen hacer por el bien comun sabiendose ante todo, un ser humano.
CARTA DE JUÁREZ AL EMPERADOR MAXIMILIANO
30 de Agosto de 18ó4.
"Respetable Señor:
Me habéis dirigido privadamente una carta fechada el 2 del corriente a bordo de la fragata Novara, y mi carácter de persona cortés y respetable me impone la obligación de contestarla aunque muy de prisa y sin meditación, pues, como debéis suponer, el importante y delicado cargo de Presidente de la República absorbe todo mi tiempo, y no me deja solaz ni aún de noche.
El filibusterismo francés está buscando minar y destruir nuestra nacionalidad, y yo que por mis principios y mi juramento soy el llamado a sostener la integridad nacional, su soberanía y su independencia, tengo que trabajar con mucha actividad, multiplicando mis esfuerzos, a fin de corresponder al sagrado depósito que la nación, ejerciendo sus facultades soberanas, me ha confiado. Esto no obstante, me propongo contestar, aunque muy brevemente, los puntos más importantes de vuestra carta.
Me decís que, "abandonando la sucesión de un trono en Europa, abandonando vuestra familia, vuestros amigos, vuestras propiedades y lo más caro del hombre, vuestro país, habéis venido con vuestra esposa Doña Carlota a tierras distantes y no conocidas, solo por obedecer un llamamiento espontáneo de una nación que fija en vos la felicidad de su porvenir". Admiro hasta cierto punto toda vuestra generosidad, pero me sorprende mucho encontrar en vuestra carta la frase "llamamiento espontáneo", pues yo había visto antes que cuando los traidores de mi país se presentaron bajo su propia autoridad, en Miramar, a ofreceros la corona de México con algunas actas de nueve o diez ciudades de la nación, no percibisteis en eso sino una farsa ridícula, indigna de la seria consideración de un hombre honrado y decente. En contestación a tal absurdo exigisteis la expresión libre de la voluntad nacional, como resultado del sufragio universal. Esto era pedir una imposibilidad; pero era el justo deber de un hombre honorable hacerlo: ¡Cuán grande, pues debe ser mi sorpresa, al veros venir al territorio mexicano, sin que se hayan cumplido alguna de las condiciones! Cómo no he de maravillarme al veros aceptar la misma farsa de los traidores, adoptar su lenguaje, condecorar y tomar en vuestro servicio bandidos como Márquez y Herrán, y rodear vuestra persona con esta clase peligrosa de la sociedad mexicana? Hablando francamente, me he engañado mucho: porque creía y esperaba que erais una de esas organizaciones puras que la ambición no puede corromper.
Me invitáis cordialmente a que vaya a México; a donde os dirigís a fin de que celebremos una conferencia en unión de otros jefes mexicanos armados hoy, prometiéndonos las fuerzas necesarias para nuestra escolta durante el viaje y empeñando como fianza y garantía, vuestra fe pública, vuestra palabra y vuestro honor. Es imposible, señor, que acceda a esta instancia, porque mis ocupaciones oficiales no me lo permiten. Pero si ejerciendo mis funciones públicas, pudiera aceptar tal invitación, no sería suficiente la fe pública, la palabra de honor de un agente de Napoleón el perjuro, de un hombre cuya seguridad está confiada a los mexicanos traidores, y que en este momento representa la causa de uno de los que firmaron el tratado de la Soledad. Conocemos demasiado bien en América el valor de esa fe pública, de esa palabra y de ese honor, justamente como sabe el pueblo francés lo que valen los juramentos y promesas de un Napoleón.
También decís que de la conferencia (si yo acepto), no dudáis que resulte la paz, y en ella la felicidad de la nación mexicana; que colocándose al imperio en un lugar de honor distinguido, contaría en lo futuro con mi talento y mi patriotismo para el bien general. Es indisputable, señor, que la historia de nuestros tiempos registre los nombres de grandes traidores, que han hecho traición a sus juramentos, a sus palabras y a sus promesas, que han sido falsos a su propio partido y principios, aun a sus antecedentes y a lo más sagrado para el hombre de honor: cierto también que en todos estos casos de traición el traidor ha sido guiado por la vil ambición de mando, y el deseo miserable de satisfacer sus pasiones y sus vicios; pero un hombre, a quien está confiado el cargo de Presidente de la República, saliendo como ha salido de las oscuras masas del pueblo, sucumbirá, si así lo decreta la sabiduría de la Providencia, desempeñando su deber hasta lo último, correspondiendo a las esperanzas de la nación. que preside, y satisfaciendo las aspiraciones de su propia conciencia.
La falta de tiempo me obliga a concluir, y sólo añadiré una observación. Al hombre le es dado a veces atacar los derechos de otro, apoderarse de sus propiedades, amenazar las vidas de los que se atreven a defender su nacionalidad, hacer aparecer las más esclarecidas virtudes como crímenes y hacer resplandecer sus vicios como virtudes. Pero hay una cosa que está fuera del alcance de los falsos y perversos, y esta es la sentencia tremenda de la historia. Ella nos juzgará.
BENITO JUÁREZ
Periódico "La Independencia", Colima. del 28 de septiembre de 1864, reproducida por el Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito público; Sep. de 1964
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