El lunes fue definitivamente un dia malito, encima de que es lunes, desde que abri los ojos, me dio los buenos dias una migraña de las gordas, y bueno, una vez resignada a que pasaria el dia con 4 bolas de billar en la nuca intentando traspasar mi craneo para introducirse en mi cerebro, me vine a trabajar, sin nada de ganas pero con el aliciente del aire acondicionado del laboratorio y que al menos esta la maquina del cafe malo, pero rapido.
De camino, como siempre en automatico y buscando la sombra, al entrar al campus una bestia parda casi me atropella con el coche, y yo con la migraña, un calor de los mil demonios y un mal humor en aumento, frunci aun mas el entrecejo y con todo mi ser desee que reventara el inconciente ese que entra a 80 km/h a una universidad donde el maximo son 40 km/h. unos 100 metros mas adelante, un coche de seguridad le cerro el paso por sorpresa y termino dandole un repasito a la caseta de vigilancia, con todo el lateral rallado y recien pintado de blanco, vi como el conductor se bajaba blanco de rabia, y dije para mis adentros, -sufre cabron!!-.
Al regresar a casa, ya casi llegando estaban unos crios dando vueltas por el parque y uno que es el personaje del barrio, gritando con su voz chillona, voy por aqui!, voy por aqui! y todos los demas siguiendolo, en mi linea de maldad transitoria, pense que ojala y se cayera de la dichosa bicicleta, y en ese momento patino con un poco de tierra que habia en la acera y la bici termino dentro de una jardinera y el con las rodillas peladas al rojo vivo.
Confieso que afloro en mi una amplia y serena sonrisa, asi subi a mi piso, y el resto de la tarde entre ibuprofeno, paracetamol, nolotil y litros de cafe y coca cola fue mejorando el dia.
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