Convencida estoy de que en los dias que vivimos, ninguna de todas aquellas corrientes politicas y existencialistas que me hicieron tragar durante buena parte de mi vida escolar, son viables.
Hasta resulta gracioso, al menos para mi, escuchar gente muy segura de "su" verdad, para mi no pierde novedad encontrar defensores del comunismo, entre las filas de jovenes europeos criados en el mas puro capitalismo y herederos de lo que empezaron sus padres con otro objetivo, pero que acabaron por conseguir el tan cacareado sistema de bienestar y es que el hedonismo, al menos aqui, al menos en la gente que he conocido estos ultimos 5 años, es parte indivisible de su vida, de la mia incluso. Tengo que ser honesta y aceptarlo.
Me imagino a cualquiera de esos revolucionarios que nunca han pisado una tierra de verdad convulsa, ahi, plantados en medio del caos en paises, que al menos años atras, no permitian que los tiranos murieran tibios en sus camas.
Casi llego a entender la simpatia que mucha gente tenga por determinadas corrientes politicas, en epoca de crisis espiritual, la gente tiene que creer en algo supongo.
Pero no deja de inquietarme el discursillo que viene con el doble fondo de haz-lo-que-digo-no-lo-que-hago. algunas veces he quedado yo como la neofita en estos asuntos, porque ante los mitines que acostumbran muchas personas, yo suelo limitarme a escuchar y sacar mis conclusiones, disgustandome el ridiculo, prefiero no hacer campaña por mis convicciones, porque se que son eclecticas y que no manan de una sola fuente, intento ser coherente y eso es muy dificil dado mi estilo de vida.
Recuerdo un paseo con un amigo que me decia,-mira a mi me gusta la ideologia comunista, pero soy conciente de que soy un acomodista-, crei que debia darle un premio o poner una placa en plena avenida da ribeira que diera fe de una declaracion tan sencilla y tan honesta del mundillo bohemio europeo. cosas asi hacen que no me sienta un desastre del todo.
Considero mas honesto ir por la vida intentando en la medida de lo posible no dejar cuentas pendientes, no buscar el mal ajeno y sobretodo remediar aquello que en nuestra conciencia se revuelve por las noches, esto mismo dije a mi madre cuando me negue a asistir mas a la iglesia catolica, librandome asi de la confirmacion, lo que hize fue confirmar a mi madre que tenia entre manos el peor de los retos, una mente independiente, y hasta el de hoy seguimos librando esa vieja batalla.
Mi unica conviccion es no dar nada por echo, y de eso, si que estoy convencida.
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