7/23/2008
7/22/2008
LISBOA
Lisboa entera era alegría, olía a sardinas y a Jean-Paul Gaultier, el agua se removía para mi deleite, al paso del ferry de las 20:00 horas.
Un africano vigilaba mi acento. Yo deseaba pisar el otro lado del río, donde no había guitarras, ni fados, ni santos, solo bacalao y una aceituna amarga en el cuenco de otras más exquisitas.
El paseo desierto resguardaba aún viejos azulejos que susurraban una bonanza antigua.
Solo escuchaba el cadencioso crujir de la madera de las barcas amarradas en ese puerto fantasma. Donde antes los delfines jugaban con los niños, en ese "mar de paja", ahora flotaba una botella de vino vacía, no había mensaje. El mensaje ya lo había recibido yo mucho tiempo atrás, en clave astral, sin saberlo. Al pisar portela de sacavem solo tuve que recordarlo. La ruta que había sido decidida de antemano fue recorrida palmo a palmo hasta alcanzar la meta.
La meta era mucho más........ imposible de explicar con lenguaje alguno. El fin era el medio, el fin siempre es el comienzo.
Ahí, en esa mesa, ya no pasará nada más, la luna no menguará nunca más, nunca será de día. El aroma del vino, el bacalao y el Jean-Paul Gaultier, seguirán flotando en la noche estrellada de luna llena y marea alta, el puente seguirá iluminado, solo para avisarme que debo volver, salir de ahí, despertar, correr para alcanzar el último ferry.
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7/18/2008
DIGO DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN
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7/03/2008
EL ESPACIO INVENTADO
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1:23 p. m.
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